Una nueva propuesta se ha unido a la larga lista de debates electorales para las próximas elecciones del 23 de julio. Tras la iniciativa de Antena 3, que ofreció un cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y un debate a cuatro, ahora es TVE la que ha movido ficha presentando una petición para llevar a cabo un cara a cara y dos debates más.
Esta oferta de la cadena pública ha sido interpretada por muchos como una respuesta al movimiento de Antena 3. Los analistas políticos han expresado que en unas elecciones tan reñidas y con una rivalidad tan intensa entre los distintos partidos, toda oportunidad para conquistar al votante es bienvenida.
El director de Programación de TVE, José Antonio Sánchez, afirmó que la cadena estatal está dispuesta a organizar los debates electorales que sean necesarios para el bien de los ciudadanos y garantizando la equidad y el respeto a todos los partidos políticos.
La petición de TVE incluye un debate a dos entre Pedro Sánchez y el candidato del Partido Popular, Pablo Casado. También, una especie de debate de líderes, en el que se encontrarían Sánchez, Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera.
El primer debate, el cara a cara Sánchez-Casado, tendría lugar en la Academia de Televisión, el 2 de julio. El segundo, el de líderes se celebraría el día 9 de julio, con TVE proponiendo la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión como escenario para este segundo debate. El último de los debates, un cara a cara entre Iglesias y Rivera, está previsto para el 16 de julio, en un lugar aún por determinar.
TVE, como es lógico, se ha comprometido a seguir todas las normativas exigidas por la Junta Electoral Central para garantizar la neutralidad y la igualdad de trato durante los debates. Además, según han asegurado, estarán a disposición de los ciudadanos en todas sus plataformas digitales para seguir los debates electorales y contar con una amplia variedad de opiniones y debates.
Con esta medida, TVE pretende conseguir una mayor audiencia en el campo político, aunque también es probable que su repercusión trascienda a la programación en sí misma, logrando una mayor motivación en el público y una rentabilidad en las acciones publicitarias.