Esperamos que el programa de anoche de Alberto Chicote y Sonsoles Ónega en Antena 3, «Hablando en plata: el escándalo de las residencias» haya servido de algo esta vez, pues hace cuatro años el chef ya había descubierto el escándalo de muchas residencias, pero parece que nada ni nadie ha cambiado desde entonces.

Antena 3 abordó con éxito un tema pendiente en nuestra sociedad en la noche del jueves, con la emisión especial de ‘Hablando en Plata’ conducida por Alberto Chicote. El programa puso de manifiesto la insatisfacción de los usuarios de residencias de mayores y el estado de la atención que reciben, a pesar del partido de fútbol entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
Uno de los temas principales fue la alimentación, y los testimonios recogidos en el programa muestran la escasa calidad y cantidad de la comida. Un usuario de una residencia de la Comunidad Valenciana se refirió a ellas como “residencias de tercera edad o mataderos lentos”, haciendo referencia a la situación de degradación en la que se encuentran.
Al visitar una residencia de personas mayores, un anciano que no dio a conocer su identidad, compartió con Alberto Chicote sus experiencias en la misma. El anciano explicó que, aunque para los familiares de los ancianos la estancia en el geriátrico puede parecer un lugar cómodo, la realidad es diferente. Cuando los familiares visitan a los ancianos, a menudo ven que están tan bien cuidados y aseados que no creen sus quejas. Para ilustrarlo, el anciano mostró al chef varias fotos de las comidas servidas en el lugar.
El anciano testigo contó cómo perdió más de diez y medio kilos en un año debido a la alimentación del lugar. Entre los platos que les ofrecían se encontraba un huevo cortado por la mitad relleno de fumé y un trozo de pan, cinco mejillones con cuatro aceitunas, cuatro calamares rebozados acompañados de cinco patatas fritas de bolsa, una «hamburguesa» sin pan, tres croquetas congeladas y cinco albóndigas con muy poco pisto bañadas en aceite. «Aquí a nadie le importa un huevo lo que coman ustedes», dijo Alberto Chicote después de escuchar el escalofriante testimonio del anciano.
El chef se reunió con otros mayores para conocer más opiniones, como la de Mario Turégano, de 82 años: “La comida que nos sirven es desastrosa, hace unos días nos pusieron un cocido, pero los garbanzos estaban sin cocer, eran como balines. Nadie podía comerlos, ni siquiera quienes tienen dientes. ¿Qué pasa cuando no comemos porque la comida no nos gusta o está mal preparada? Pues que no comemos”, explicó.
Debido a la problemática de los menús, Alberto Chicote se reunió con Juan Revenga, un nutricionista especializado en la alimentación de personas mayores. Él analizó el menú de una residencia y comparó la cantidad de kilocalorías en una dieta saludable con el ofrecido en un geriátrico seleccionado. Revenga descubrió que, en lugar de tener entre 1750 y 2500 kilocalorías, el menú sólido de estofado de ternera contenía sólo 798 kilocalorías. Además, el menú líquido de crema de verduras y túrmix de lomo y naranja, que debería tener 1057 kilocalorías, en realidad tenía 359. El experto explicó que para hacer la comida más líquida, se le añadía agua en vez de carne.